Cercedilla es uno de mis lugares preferidos. Muchas veces, andando por sus calles, me ha inundado una sensación de magia, de asombro, de maravilla. He caminado muchas veces por estas. Cada vez que he ido, me he alojado en la casa rural
Los Castaños, que a mí me parece especial. Me encanta recorrer el camino entre la casa rural y la Plaza Mayor de Cercedilla. Me encanta este pueblo hasta tal punto que he desarrollado mi teoría de las relaciones entre dos personas que se conocen por primera vez, basado en lo que he visto recorriendo sus calles. Las veo como un abanico dentro de otro abanico. Todo a partir de las emociones que he sentido recorriendo estas calles mágicas.
En mi forma de ver los enlaces que pueden compartir dos personas, siempre está la ruptura a la derecha y la entrega a la izquierda. Me parece mucho más bonito la entrega que la ruptura, la izquerda que la derecha, lo siniestro que lo diestro. Hay veces que es necesario romper con lo andado hasta entonces, que hace falta tomar el camino que va hacia la diestra. Otras veces uno se dirige hacia la izquierda, uno se acerca a otro. La izquierda y la derecha no son más que direcciones en el mapa que es la vida de cada uno. Hacia la diestra te alejas de lo anterior y hacia la siniestra te acercas mucho, como cuando encuentras una persona muy especial, un trabajo muy especial. Estas veces ofreces mucho de ti.
El camino de en medio
Subiendo desde la estación de tren de Cercedilla, la primera calle asfaltada a la derecha es el camino de en medio. Este camino se dirje hacia el centro del pueblo. Siguiendo por esta calle es fácil llegar a ese lugar de descanso que es la Plaza Mayor. Ahí hay varios lugares agradables donde puedes olvidarte de los ajetreos de tu vida. En verano se puede sentir la brisa de la sierra madrileña acariciando tu cara mientras estás disfrutando en el exterior sentado en una de las muchas terrazas de esta plaza.
El camino de en medio está a la derecha de la carretera que sube desde la estación de tren, desde el punto de entrada a este pueblo que es tan maravilloso para mí. Para caminar por esta ruta en la vida real, es necesario romper con todo que se ha vivido anteriormente.
El camino de en medio es de la moderación, de evitar los extremismos, de lograr el equilibrio entre el blanco y el negro, de la bondad y la maldad., la soledad y la compañía. En su comienzo no hay aceras y los coches lo recorren a toda velocidad. No es sencillo recorrer el vía de la moderación. Al haber roto con lo anterior, no sabes como conseguir vivir en equilibrio. No tienes pistas. Si dejas de caminar por los márgenes de la carretera, un coche te puede atropellar. Comenzando el camino de en medio es posible que tengas que pagar un precio muy alto por equivocarte.
A la mitad del recorrido de esta primera fase, donde se aprende a vivir el equilibrio, está la entrada a Los Castaños. Este lugar que es tan maravilloso para mí, está a la izquierda de la carretera. Es un lugar para recuperarse de las dificultades de la vida cotidiana. Tienes la posibilidad de recuperarte de tus devaneos por estos parajes desconocidos si te sabes ofrecer, como corresponde a lo que está a la izquierda. Gracias a esta entrega, puedes descansar un tiempo de este trayecto del equilibrio que acabas de empezar. Hay lugares donde te podrás relajar si te sabes entregar.
El camino de en medio sigue hacia el infinito. A veces existe la posibilidad de cambiar el itinerario que se recorre en la vida, o bien iniciando un recorrido de mayor dedicación a otra persona, o bien apartándote de los demás. Para dirigirse hacia la senda mágica de la mitad, es necesario seguir el trayecto de la derecha cuando se llega a las vías del tren. Esta senda no es más que una vereda comparada con el ancho camino de en medio. Es necesario seguir rompiendo con lo que se ha vivido con anterioridad para llegar a compartir una relación maravillosa con otra persona. Es necesario saber elegir el camino correcto, no el más sencillo de recorrer.
Además debes de cruzar las vías del tren para llegar a la senda mágica de la mitad. No parece gran cosa en la foto el camino que lleva a este destino. Es fácil pasarlo por encima ya que no es, ni mucho menos tan vistoso como la carretera que representa uno de los muchos conjuntos de decisiones que se puede llegar a tomar en la vida. Cruzar las vías del tren implica que será necesario hacer cambios en la forma de plantearse la vida hasta llegar a un hermoso equilibrio con otra persona. Hace falta alterar tu punto de vista. Por supuesto esto no se trata más que de uno de la multitud de caminos de la moderación que podrás seguir a lo largo de tu vida, pudiendo además seguir varios a la vez. Vas a recorrer muchos caminos simultáneos, ya que cada uno de estos trayectos vitales no es más que una parte de tu vida que tiene existencia propia, aparte de los demás. Estos pueden representar una relación con alguien muy especial, tu carrera profesional, algo que te gusta mucho hacer en tu tiempo libre.
El secreto de los caminos que se bifurcan
Al andar por algunos lugares a veces me inunda una sensación de estar caminando por un lugar mágico. Pocas veces he sentido esa sensación con tanta fuerza como cuando me dirijo hacia la Plaza Mayor. Esta foto la saqué yendo hacia el centro de Cercedilla, y al elegir uno en particular de los cuatro caminos abiertos ante mí, me ha inundado varias veces la sensación de ser testigo de algo maravilloso, de estar viviendo un momento asombroso.
Aquí se unen cinco caminos, que representan todo que se puede compartir con otra persona. El camino de en medio es el ese ancho que parte desde el fondo de la foto. Es la vida en solitario, sin más personas en la vida. Es lo que has experimentado hasta llegar a este punto donde se te abre un abanico de posibles elecciones. Los otros cuatro caminos no son más que las alternativas abiertas a ti cuando tu recorrido se cruza con otra persona. Es necesario recordar que es más bonita la entrega que la ruptura igual que es más bonita la izquierda que la derecha.
El camino de la derecha del todo representa la ruptura absoluta. Hay diferencias tan irreconciliables que cualquier encuentro entre las dos personas es imposible. Es altamente improbable que sus itinerarios vitales se vuelvan a cruzar. Es en mi opinión la alternativa más triste de las cuatro posibles ya que representa lo que pudo ser y nunca será. El camino de la izquierda del todo parece ser más bonito aunque recorriéndolo pierdas tu verdadero yo. Aquí una persona se entrega de forma total a otra persona. No deja nada para sí mismo. Como con el camino de la ruptura absoluta, este camino de la entrega absoluta es un extremo, alejado del equilibrio.
La senda mágica de la mitad es el segundo camino desde la izquierda. A la derecha de su entrada hay una señal de prohibido el paso. Peatones pueden pasar pero coches no. La principal diferencia entre estos es que los primeros van despacito, paso a paso, y los segundos van muy deprisa. Es necesario entrar en la senda mágica de la mitad cautelosamente. Es necesario seguir yendo con pies de plomo por este sendero tan bonito. Si alguna vez se va demasiado deprisa para la otra persona, será necesario recorrer el segundo camino desde la derecha, el camino de la ruptura parcial. Hasta que no se aprenda a ir poquito a poquito en lo que te une con esta persona muy especial, no será posible compartir lo más hermoso que puedas llegar a tener en común con ella. Para seguir sintiendo estos lazos de unión tan mágicos es necesario seguir avanzando con pies de plomo, ya que nadie puede ir rápido por esta senda mágica de la mitad.
La ruptura absoluta.
Al romper de forma tajante y permanente los lazos de afecto que unen a dos seres humanos, se les abre a ambos un trayecto vital que siguen en la fase de dejar atrás la otra persona. Es un camino breve y bastante feo, pero a su final se abren otros, que pueden llegar a ser el camino de en medio de cada una de estas personas. Este camino de la ruptura absoluta únicamente lo sigues durante el tiempo que tardes en recuperarte de que alguien muy especial haya desaparecido de tu vida. En circunstancias normales esto será como mucho algunos meses, ya que este itinerario tan feo, de nunca volver a unirte con alguien que fue especial en tu vida, se suele dejar atrás.
Hay veces cuando no te consigues salir del camino de la ruptura absoluta. Un ejemplo trágico son las parejas que han aprendido a detestarse mutuamente, pero que no pueden permitirse dejar que el olvido obre su magia, ya que comparten uno o más hijos menores de edad. Cada vez que el uno vaya a recoger los hijos comunes, ambos recordarán estas puertas en su vida que tanto hicieron para cerrar de forma permanente. Otra forma en la cual te puedes encerrar aquí es si te hubieras obsesionado con la otra persona, si no te la puedes sacar de la cabeza. Si no eres capaz de superar el duelo, no podrás dejar atrás este lugar tan monstruoso. La obsesión representa quedarte atrapado en una cárcel. Significa que eres esclavo de alguien que no quiere tener nada que ver contigo.
La entrega absoluta
La entrega extrema tiene un aspecto más hermoso, más bonito que la ruptura absoluta. Las apariencias engañan. Aquí te ofreces de manera exagerada a la otra persona. Todo lo tuyo pasa a ser de ella. No es necesario que ella se entregue a ti de una manera tan completa. Son únicamente sus decisiones las que cuentan. Lo que caracteriza esta vereda en la vida es que le has ofrecido a otro todo lo que es tuyo.
Según se ve en la foto el comienzo es bonito. Puedes descansar al lado de esta persona tan especial un rato, pero el descanso no será eterno. Cuando más te adentras por este camino, ves una multitud de calles estrechas que salen de este camino de la entrega absoluta. Cada una de estas no representa más que una persona que llegarás a tener a cargo, o bien un hijo o bien una persona mayor. Alguien que impide que puedas vivir tu propia vida. Al haber renunciado a todo, no podrás volver a tener tu espacio propio hasta que no hayas aprendido lo importante que es guardar algo para ti, tener una parte de tu vida que no compartas con nadie.
En este camino de la entrega absoluta, lo bueno va a ser muy bueno, ya que compartirlo todo con otro ser humano comienza siendo muy hermoso, Es una droga, que inicialmente te puede llenar de felicidad. Desgraciadamente renuncias a lo que una vez fue tuyo, y no lo podrás recuperar mientras sigas entregando tu alma a otras personas. Cuanto más avances por este camino, más desaparecerá tu verdadero ser, más pasarás a convertirte en propiedad de la otra persona.
La ruptura parcial
El secreto tanto para empezar a compartir la senda mágica de la mitad, como para seguir compartiéndolo es siempre ir avanzando muy despacio, muy pausadamente. En cuanto intentas saltarte pasos, ir deprisa con esa otra persona tan especial, en cuanto empiezas a tomar decisiones en lo que os une sin consultar con ella, tu alma gemela dejará de compartir el camino del equilibrio y te obligará a seguir este otro recorrido en vuestra vida en común. El camino de la ruptura parcial discurre muy próximo a la senda mágica de la mitad. Hay varios lugares en los cuales es
posible pasar del uno a la otra, pero todos estos lugares tienen en común que únicamente lo podrás hacer andando. Yendo deprisa, como los coches, estás obligado a seguir por este trayecto de la ruptura parcial hasta el final. Llegará el momento que el olvido haya borrado ese vínculo tan especial que te unía con la otra persona. Siguiendo avanzando de manera acelerada lo que era una interrupción temporal pasará a ser el camino de la ruptura absoluta. El ir deprisa no supone una alternativa demasiado fea. Únicamente significa que en vez de caminar en compañía de tu alma gemela, te ves obligado a ir sólo. Al final de este trayecto estás en la disyuntiva de o bien apearte del coche o bien separarte para siempre de esta persona que una vez fue especial.
Cuando se está compartiendo un camino con una alma gemela, está totalmente prohibido saltarse cualquier paso. Llegará el momento, a base de creer que sabes mejor que la otra persona lo que os conviene, que esta pedirá una pausa en vuestra relación. Eso tan mágico que os unía se ha interrumpido de forma temporal. No has hecho ningún imperdonable pero llegó el momento de que corra un poco de aire. Volver a esa senda mágica de la mitad que compartías, no es más complicado que asegurarse de ir a paso de niño en lo que os une. En cuanto vea que ya te has apeado del coche que conducías, ella te permitirá volver a vivir eso tan especial que os unía. En cambio si insistes en ir precipitadamente, ella llegará a tal punto de hastío que te echará para siempre de su vida.
Esta foto representa la última posibilidad que existe para regresar a la senda mágica de la mitad. Más allá de este punto, es necesario elegir entre compartir la magia o bien buscarte la vida sólo. La señal de prohibido el paso indica que no está permitido acceder ni en coche ni en ningún medio que vaya deprisa. Únicamente podrás entrar en este sendero andando. El secreto para que puedas volver a disfrutar de todas las cosas maravillosas que teníais en común es pausar tu recorrido y a partir de este momento, tomarte las cosas con mucha más calma en todo lo relacionado a ella.
Es necesario aprender a tener en cuenta sus deseos en lo que compartáis, así como es necesario que ella tenga en cuenta tus deseos. Lo que vayáis a hacer lo tenéis que hacer por mutuo acuerdo, siempre yendo los dos con pies de plomo. No se puede tomar una decisión en las cosas importantes que os unen sin enterarte antes lo que ella opina de ello. Lo que hagáis, a veces te va a beneficiar a ti y a veces a ella. Ambos podéis sacrificar un poco de vuestros deseos para el bien de la otra persona. Ambos podéis ceder alguna vez. Si cedes siempre perderás la posibilidad de conservar tu propio ser, perderás tu yo verdadero. Llegarás al camino de la entrega absoluta.
El camino de la ruptura parcial no supone ni mucho más un adiós. No es más que parar un tiempo, de dejar de precipitarse hasta que se olviden las heridas que el uno haya causado a la otra. Mientras ambos vuelvan a actuar de manera prudente, paulatina, lo malo se acabará olvidando y en el recuerdo únicamente permanecerá lo bueno, lo mágico. En todo momento, el camino de la ruptura parcial y la senda mágica de la mitad transcurren muy cercanos, con varios caminos que van del uno al otro. Pausadamente se vuelve a la senda y rápidamente se va hacia el camino de la ruptura absoluta.
La senda mágica de la mitad
Esta es la entrada a la senda mágica de la mitad. Como se ve, a la derecha hay una señal de prohibido el paso. Como escribí antes, no esta permitido ir por esta senda deprisa. Todo lo que se hace en ella es necesario hacerlo pausadamente. En Cercedilla esta calle lleva a la Plaza Mayor, y en ella está la mayor concentración de lugares donde puedes descansar en compañía. En los derroteros que unen a dos personas, este camino representa los lazos de unión entre dos personas que se quieren mucho, mucho o más. A diferencia del camino de la entrega absoluta, ninguno ofrece todo su ser a la otra persona. Ambos conservan una parte importante de sus vidas para ellos mismos que no ofrecen a este que es tan especial ni a ninguna otra persona. Ambos además recorren caminos por los cuales la otra no anda. Estos otros recorridos pueden ser con personas fuera de la relación que os une. Únicamente tenéis en común una parte de vuestras vidas, una parte muy bonita, pero hay mucho más fuera de lo que compartís.
Esta senda es amar guardando mucho para ti mismo. Tú tienes mucho fuera de esta relación tan especial que te une con la otra persona, igual que para ella tú aunque seas una parte importante de su vida, no lo eres todo. Este es el camino de amor mutuo que representa la moderación. Ninguno de los que lo caminan le entregan todo a nadie. Ambos siguen conservando mucha independencia el uno del otro y lucharán para conservar ese espacio que necesitan para sentirse felices.
únicamente está permitido caminar con pies de plomo por este sendero. Es necesario consultar todo lo que se desee hacer en común con la otra persona. Es un camino de compromiso, de siempre tener en cuenta la opinión del otro y que ella siempre tenga en cuenta la tuya. Es un camino de permitir que la otra persona pueda dedicar una parte importante de su vida en actividades sin ti igual que ella te permitirá hacer muchas cosas o bien sólo o bien con otras personas. Ambos os dejaréis bastante espacio para vivir el tiempo necesario sea necesario sin la otra persona. Únicamente le entregarás parte de tu vida, y únicamente recibirás parte de su vida.
La senda mágica de la mitad, como se ve en las fotos, en un principio no es tan bonita como el camino de la entrega absoluta, pero cuanto más se avanza en su recorrido, más lugares de descanso se encuentran. Su aspecto mejora cuanto más se avanza en ella, especialmente ya que al únicamente estar permitido avanzar despacio por ella no te vas a llevar grandes sorpresas.
Veo más fácil que la senda mágica de la mitad la caminen juntos dos personas de preferencias sexuales compatibles. No es necesario que compartan sus cuerpos. El sexo no es imprescindible. Aún así, es muy bonito. Sería hacer el amor en vez de follar. Sería muy especial dado lo mucho que se quieren. También es posible que únicamente se trate de una amistad muy especial. Hasta es posible que el camino lo recorran más de dos personas ya que los lazos de amor pueden formar una telaraña. Es posible que ambos vivan juntos o bien cada uno en su casa. Los únicos requesitos para compartir este trayecto tan mágico es que los que a los que lo recorran les unan vínculos de afecto muy fuertes y que sepan conservar el espacio vital imprescindible para sí mismos sin compartirlo con nadie. Es necesario quererse mucho y ser independiente para recorrer la senda mágica de la mitad.
La senda mágica de la mitad es un abanico al cual se llega desde el abanico de los caminos que se bifurcan. Puede ser poco intensa apretando poco y incluso puede llegar hasta criar hijos juntos. El único requesito, como exponí anteriomente, es que cada uno conserva mucho para si mismo y una parte que no comparte con nadie. Además como tenemos una gran capacidad para amar, es posible caminar por varias sendas mágicas de la mitad a la vez. Es posible, aunque complicado, compartir una parte importante de tu vida con más de una pesona simultaneamente.
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