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Descontrol en el tren

En un curso de escritura creativa tuvimos la tarea de escribir un relato que ocurriera en un tren.  Esta es el resultado de intentarlo.  Críticas que he recibido por parte de mis compañeros son:

  • El relato es adolescente.
  • Los dos protagonistas se parecen mucho
  • Uso palabras extrañas como mano siniestra
  • Los dos personajes se parecen mucho
  • Es inverosimil al que una mujer acepter relaciones sexuales con un hombre que use la frase pasar por la piedra referiendose a una mujer con la que pone los cuernos a su pareja
  • Se repite la introducción en el dialogo

Aún así, aquí publico mi resultado.

Esther ya llevaba un poco más de una hora en el tren nocturno.  Iba a pasar el puente de la Constitución en Santiago de Compostela.  Ella aparentaba unos treintaicinco años.  Se había teñido de pelirroja hace unas semanas.  Tenía la cara redonda, la nariz pequeña y estaba bastante flaca.  Mucha gente la consideraba atractiva. 

Ya llevaba dos años de noviazgo a distancia con Xulián.  Se veían casi una vez en el mes.  Casi siempre volaban con Ryan Air pero este puente Esther había remoloneado en comprar el billete y el avión costaba más del doble que el tren.  Ella iba en turista y los asientos eran tan incómodos que era incapaz de conciliar el sueño.  Ya estaba pensando en lo mucho que le apetecía fumar. Ella no quería pensar en como aguantar tantas horas sin tabaco.  Afortunadamente no solía tener mono.  Su sufrimiento estaba causado por sus fantasías de fumar cuando estaba en lugares donde no estuviera permitido.

Anunciaron una parada en Ávila y Esther se preparó un cigarrillo.  Quería descansar con unas  caladas.

Le dolía el culo por lo incómodo que era el asiento.  Notaba molestias en el cuello después de la cabezadita que había sufrido un cuarto de hora antes.  Era la primera vez que iba en tren a Santiago.

Estaba planteándose seriamente que sería la última.  En avión únicamente tardaba tres horas de puerta en puerta.  No se imaginaba que iba a ser tan duro viajar tantas horas seguidas por la noche sin atreverse a conciliar el sueño. por miedo a que se le deformase el cuello. Más que asientos, parecían potros de tortura.  

Al volver a su asiento encontró que a su lado se había sentado un hombre joven, de unos veinticinco años.  Era únicamente un poco más alto que ella y tenía el pelo castaño ondulado.  Su cara era estrecha y su nariz era aquilina.  Aún tan joven se le veía arrugas de tanto reír.

No me imaginaba que fuera tanto suplicio ir a Santiago le dice Esther.  ¿Tú a donde vas?

Yo tengo una entrevista de trabajo en A Coruña mañana a las once.  Ya conozco esta ruta tras haber explorado Galicia en varias ocasiones.  Nunca he sido capaz de dormir en los trenes nocturnos.  Afortunadamente tengo experiencia en trasnochar.  ¿Tú has ido en tren a menudo?

Esta es la primera vez.  No tengo ningún interés en volver a hacerlo. Tengo el cuello hecho polvo tras una cabezadita.  No sé como es posible que por tanto dinero, los asientos están tan mal hechos.  La putada es que el avión costaba más que el doble.  Ahí por lo menos soy capaz de dormir.  Creo que me compensará pagar la diferencia en un futuro.

Yo ya estoy acostumbrado a mantenerme despierto en transporte público.  Ávila está lejos de todo.  Tú debes ser de Madrid.  Ya me gustaría a mí que me fuera tan fácil coger un avión.  Ha sido una odisea para mí cada vez que he salido de España.

De qué va a ser tu entrevista? En eso el tren se para.  Encima de que van a ser muchas horas, no mantiene un ritmo constante. Esto es un timo.

Creo que nos hemos encontrado con un tren de mercancias.  El trasporte de mercancías da bastante más dinero a RENFE que llevar pasajeros.  Por lo tanto esos trenes tienen prioridad.

Maldita la gracia que me hace.  Eso significa que nuestro  suplicio en los potros de tortura se extiende por la avaricia de la ferroviaria.

Estudié turismo en Alicante mientras trabajaba en una discoteca las noches de los viernes y los sábados. Una juerga continua.  No sé como fui capaz de sacarme la carrera a curso por año.  La entrevista es para que me contraten como recepcionista en un hotel de cuatro estrellas. Pagan más del doble que en las agencias de viajes, y además el alojamiento está incluido.

No sé como siguen funcionando las agencias de viajes.  Yo todas las reservas las hago por Internet.

Cuatro años de carrera y me han pagado un sueldo mileurista por horario partido.  Roban a los trabajadores.  Disfruté mucho trabajando en un hotel de Ávila, donde pagaban mucho más.  Con la crisis, el hotel quebró hace un año.  Ya me queda poco del paro.  Me gustaron mucho estos meses sabáticos. Logré mantener a tres novias simultáneamente y fue una aventura conseguir que ninguna se enterara de las demás.  Por cierto, tienes las manos muy bonitas.

El joven agarra la mano siniestra de Esther y se pone a mirar su palma.

Vas a tener muy buena salud, dos hijos y tus amoríos no te van a causar mucho sufrimiento.

¿Donde aprendiste a leer las palmas?

La mejor amiga de una de mis novias en la universidad.  Su madre se ganaba la vida leyendo las manos y las cartas a los pringados que se creen que existen brujas capaces de predecir el camino que les espera. Esa novia me dejó cuando me pasé a su amiga por la piedra.

Le acaricia la palma suavemente con un dedo.  Esther se queda impresionada por lo intenso de la sensación.  Le mira a los ojos y le sonríe.

¿Qué vas a hacer en Santiago?

Conocí a Xulián en un viaje por el desierto de Marruecos hace un par de años.  Compartimos varias noches haciendo el amor debajo de las estrellas.  Me encanta el roce durante los viajes.  Le veo casi una vez al mes. Suele únicamente ser una hora de vuelo y además costar menos de la mitad de lo que he pagado por este suplicio.  Es una pena que tantas personas decidieran volar este puente de la Prostitución.

Una hermosa mujer como tú no se puede contentar dándole tan poca alegría a su cuerpo.

Anuncian una parada en Medina del Campo y Esther se pone a liarse un cigarrillo.

Fumadora empedernida por lo que veo.  El joven saca un pitillo del bolsillo.  Te acompaño.

Lo hago sobre todo para estirar las piernas.  Eso me hace creer que el viaje va a tardar menos horas.  Y además así podré descansar mi culo machacado por este maldito asiento.

Salen al andén y Esther se queda sorprendida que le dio tiempo de acabarse el cigarrillo. Esther mira a los ojos al joven y le sonríe.

Tengo que admitir que me encanta bailar así como el sexo casual.  Hace años que no meto ninguna alegría para el cuerpo en mi casa que no haya sido novio semioficial. Dsfruto de  roces en el servicio de las mujeres.  Luego están las citas por Internet.  Tengo un móvil que uso únicamente para ellas.  Algunas veces voy a casa del caballero de turno.

El joven le besa en la mejilla.  Curiosa tanta información.  Esther le sonríe.  Tienes toda la razón.  Los servicios de las discotecas son muy divertidos. Yo voy sobre todo para hablar con la gente.  Las primeras veces no paré de sorprenderme de cuantas querían aliviar un apretón.  Me encanta hacer un poco de ejercicio nocturno.

No me imagino sobrevivir sin sexo.  Me quita los dolores de cabeza y me deja sintiéndome bien durante varios días

Te invito a una cerveza.

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