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El Terrorismo
De Juana Chaos es un preso político
Iñaki de Juana Chaos es un sanguinario terrorista. Fue en firme a más de 3000 años de prisión por 25 asesinatos en los 11 atentados en los cuales participó. No ha mostrado ningún arrepentimiento por las atrocidades que ha cometido. El código penal de 1973, bajo el cual fue condenado, limitaba a 30 años el tiempo máximo que puede pasar un recluso de la cárcel. Además proporciona reducciones de pena automáticas como 20 días por cada trimestre que estés matriculado en la UNED. El estado español se vio con el marrón que a de Juana le habían reducido su condena en más de 12 años y que salía a la calle a finales del 2004. De Juana, mosqueado, viendo las reticencias a que le soltaran, mandó dos artículos de opinión al periódico Gara. Por dos artículos de opinión la Audiencia Nacional le condenó a doce años de prisión. En España, por dejar plasmado por escrito lo que piensas, te pueden caer doce años en el trullo. Los que son condenados por sus opiniones son prisioneros políticos. En España han conseguido convertir un terrorista asesino en prisionero político. Para mearse de la risa si no fuera tan patético.
Juan José López Aguilar, el ministro de Justicia del Gobierno Español, al enterarse que la excarcelación de de Juana era inminente, advirtió que iba a hacer todo en sus manos para evitar su excarcelación. Llegó a decir que se fabricarían nuevas imputaciones para evitar la excarcelación de los etarras que hubieran sido condenados bajo el código penal de 1973. El ministro de Justicia se dejó llevar por el circo mediático que organizó el Partido Popular y sus lacayos de la AVT.
Los hechos son que Iñaki de Juana Chaos cumplió íntegramente la pena a la cual fue condenado, según la legislación vigente en el momento de su detención. No se ha arrepentido de sus atrocidades. El código penal de 1973 de ninguna manera te obliga a arrepentirte de tus acciones. Únicamente establece el periodo máximo que se va a estar privado de libertad y incluye medidas automáticas de reducción de penas. Pasas los años estipulados en la cárcel y te sueltan. Así de simple. De Juana cumplió su pena. Hay que soltarlo.
El sistema jurídico español tomó la decisión de crear jurisprudencia con de Juana. Primero un juez estuvo estudiando durante diez meses si las reducciones de penas a la condena de de Juana eran legales. Decidió que así era. Mientras tanto, la fiscalía, para evitar el revuelo mediático que se produciría en caso de la excarcelación, se puso a inventar imputaciones nuevas según las directivas de López Aguilar.
Encontraron dos artículos que había escrito de Juana en el periodo durante el cual el juez estaba investigando la legalidad de sus redenciones de pena. Los escribió en la cárcel después de que tendrían que haberlo soltado. El Escudo y Gallizo. El ministerio fiscal llevó una acusación por 96 años por pertenencia a banda armada y amenazas terroristas. El primer juez que estudió la causo no vio indicio de delito en las opiniones de de Juana. El ministerio Fiscal apeló y un mes antes que de Juana saliese libre, el juez Fernando Grande-Marlaska aceptó que se llevara a tramite en la Audiencia Nacional el caso.
Grande Marlaska ordenó prisión incondicional para de Juana. La pena inicial solicitada fue de 96 años aunque, después de la primera huelga de hambre de de Juana ,fuera reducida a entre tres y trece años. El ocho de noviembre de 2006, la sala primera de lo penal de la Audiencia Nacional condena a Iñaki de Juana Chaos a doce años y diez meses de prisión por dos artículos de opinión.
El caso de de Juana es un auténtico marrón. El gobierno del PSOE no se pueden mostrar blandos con la desbocada oposición que hacen el Partido Popular y la AVT a su política con el terrorismo. De Juana en ningún momento había mostrado arrepentimiento por sus acciones. Eso es irrelevante legalmente, ya que el código penal bajo el cual fue condenado no lo exige. Con la redención de penas, de Juana se había librado de 12 años de prisión. Se podría haber organizado un buen revuelo mediático cuando le soltaran. El gobierno quería de todas, todas evitar ese circo mediático.
A mi personalmente no me gusta que un terrorista salga doce años antes de lo establecido. Pero así eran las leyes cuando él fue condenado. Es inconstitucional que se apliquen medidas retroactivamente. No hay nada que se pueda evitar para que expirase la condena de de Juana por sus atentados terroristas. De hecho de Juana ya cumplió esa pena.
Lo que me asusta de verdad es que le hayan condenado a doce años de prisión por dos artículos de opinión. Para evitar la injusticia de que le soltaron demasiado temprano por haber sido condenado bajo un Código Penal anterior, la Audiencia Nacional se ha inventado un delito de amenazas terroristas por dos artículos de opinión. Ha intentado corregir una injusticia con una injusticia aún mayor. Ha dado legitimidad a un asesino terrorista convirtiéndolo en un prisionero de conciencia, en un preso político.
Posteriormente su pena fue reducida a tres años por el Tribunal Supremo. De estos cumplió año y medio antes de salir en libertad. Fue condenado por un párrafo que incluyó en El Escudo. Este fue interpretado como amenazas terroristas.
Hace años le escuché a un muy apreciado compañero chillar con fuerza «Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria». Sí, sacadlas, porque otro camino sólo implica más sufrimiento. O el futuro terminará demostrando, sin duda, que os quedásteis sin ellas.
Un párrafo implica tres años de pena. Reproducir una conversación que oyó y pasa año y medio en la cárcel. Aún cuando este terrorista haya matado a 25 personas, había cumplido íntegramente con la pena que le había sido impuesta bajo el anticuado código penal en vigor cuando fue condenado. Disponía de los mismos derechos que cualquier español. Este es un país donde puedes ir a la cárcel por lo que escribes.
La constitución española establece claramente que todos los españoles somos iguales ante la ley. Eso significa que un terrorista asesino como de Juana es igual ante la ley que Mariano Rajoy o Pepe Blanco. Es un precedente muy peligroso que a alguien, aunque sea condenado por múltiples asesinatos terroristas y no se haya arrepentido, se le viole de tal forma su libertad de expresión. De Juana es igual que nosotros ante la ley. Si el puede ser condenado a doce años por escribir un artículo de opinión mientras estaba enfadado, cualquiera puede ser condenado a doce años de prisión por el mismo acto.
Si se consigue garantizar la libertad de expresión de alguien que haya tenido una vida tan poco ejemplar como de Juana Chaos, se podrá garantizar la libertad de expresión de cualquier español. Cualquiera puede expresarse libremente si se respeta ese derecho a un asesino.
Ese es el peligro. Con este caso se va a sentar jurisprudencia. O bien se reconoce la libertad de expresión de las personas que hayan sido condenadas por delitos terroristas o cualquiera puede ser encarcelado por expresar su opinión. Esa es una consecuencia que viene definida por el hecho de que la Constitución Española nos defina a todos iguales ante la ley. O a de Juana le permiten expresar libremente sus opiniones o a cualquiera que escriba se le podrá meter en la cárcel por las suyas. Es así de simple. En España somos todos iguales ante la ley.
Juzga por ti mismo. Lee El Escudo y Galizo. Juzga por ti mismo si es justo que una persona normal sea condenada a doce años en la cárcel por escribirlos y finalmente se le prive de la libertad durante año y medio por un párrafo.
Luego juzga si es justo que alguien que haya cometido 25 asesinatos en 11 atentados fuera condenado a 12 años en la cárcel por escribir esos artículos.
Luego recuerda que según la constitución española una persona que haya acabado de cumplir condena por 25 asesinatos dispone de los mismos derechos que tú.
Eso significa que si tú en un futuro escribes algo parecido te podrán caer 12 años en el trullo.
Ahora tiene pendiente otra causa por una carta que se leyó en una manifestación pro independentista. El ultraje sobre la libertad de expresión sigue vivito y coleando en este país.
Es imprescindible que haya jurisprudencia inapelable en este caso.
Está en juego la libertad de expresión.
Si la libertad de expresión de un etarra está garantizado, entonces la libertad de expresión de cualquier persona está garantizada. Es necesario que se pronuncie el Tribunal Constitucional en este caso. No importa demasiado que el Tribunal Supremo le haya condenado a tres años de cárcel por un párrafo. Su jurisprudencia la puede echar abajo el Tribunal Constitucional.
Aquí es necesario que la Justicia tenga reglas horadadas en piedra por la máxima autoridad judicial de este país. Es imprescindible que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre este caso.
Hay que dejar totalmente claro que en el caso que el gobierno de turno no le de la gana de excarcelar un preso que haya cumplido su condena, no se le ocurra atentar contra la libertad de expresión.
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