Los artículos serán publicados sin editar
En caso de leer una barbaridad avisarnos y la solucionaremos con la máxima brevedad posibe.
Política
Demasiado gobierno reduce la libertad
Hay muchos niveles de gobierno por encima de cada uno de nosotros. Como poco los gobiernos nacionales. Muchas veces gobiernos regionales y los municipales. Mucha gente además está bajo el yugo de gobiernos de juntas municipales. Todos los gobiernos comparten una obsesión: al estar en el poder, creen que deben demostrar su valía legislando. Sus mandatos consisten en promulgar un chorreo de leyes, decretos y reglamentos. Muchas de estas leyes son innecesarias.
Con tantos niveles que se creen con potestad sobre cada ciudadano, es fácil que alguno apruebe medidas que restrinjan nuestras libertades. Es muy fácil que a algún dirigente de cualquier nivel se le vaya la olla. Así cosas permitidas en la mayor parte del mundo se prohíben en algunos países. A alguien con poder no le gusta que se haga eso. No tiene porque ser el dirigente. Un funcionario mete en un artículo de una ley. El resto del gobierno o no se entera o le da lo mismo.
Se han prohibido muchas cosas en este planeta. En Turkmenistán prohibieron que los hombres llevaran barba porque al dictador no le gustaban. En Singapur prohibieron comer chicle. Curiosamente vieron necesario legislar sobre orinar en los ascensores. La prohibición de mascar chicle se levantó ya que están tan obsesionados con imponer a sus ciudadanos tengan buena salud que permitieron que estos usaran chicles de nicotina.
Estando tan extendido prohibir cosas que no le gustan a los que mandan, es lógico que estas medidas restrictivas afecten también al uso del tabaco. Es corriente que el fumador pierda privilegios paulatinamente pero inexorablemente. La perdida de privilegios puede ser brusca como en Italia donde de la noche a la mañana se pasó de fumar en cualquier parte a únicamente fumar en el exterior. Las medidas represivas pueden ser aún más drâsticas como en Calabasas en California y algunos barrios de Tokio donde prohibieron hasta fumar en la calle.
Según lo que he leído los dirigentes no han promulgado nunca una ley que considerada justa para todos. Siempre hay algunos que se sienten perjudicados por cualquier ley. Hay otra gente que, si se enteran de la ley les gusta. Las leyes que reducen libertades les gusta a bastante gente ya que reprimen a los degenerados. Igual, las leyes que aumentan las libertades disgustan a las personas que consideran que hay que tratar a los degenerados con mano dura. Todas las leyes de todos los gobiernos tienen una cosa en común. A menos que la ley impacte directamente sobre un individuo, es muy probable que este tenga únicamente nociones muy superficiales de esa ley. La mayor parte de la población desconoce totalmente las leyes que rigen su destino.
Con tantos niveles de gobierno que tenemos en Madrid, desde los de los de las juntas municipales al gobierno de la Unión Europea, estamos a la merced de muchas personas. Cada nivel tiene la potestad de prohibir algunas cosas. Por iniciativa de cualquier miembro de cualquiera de estos niveles de gobierno, se puede aprobar una medida que merme los privilegios de un grupo en beneficio de otro. En vez de intentar llegar a un compromiso con el cual pueda vivir toda la gente, muchas veces los gobernantes humillan a un grupo para satisfacer a otro. Mucha legislación legisla en contra de un grupo, y a favor de otro. Llevamos un camino de una merma progresiva de derechos.
Se han prohibido muchas cosas en este planeta. En Turkmenistán prohibieron que los hombres llevaran barba porque al dictador no le gustaban. En Singapur prohibieron comer chicle. Curiosamente vieron necesario legislar sobre orinar en los ascensores. La prohibición de mascar chicle se levantó ya que están tan obsesionados con imponer a sus ciudadanos tengan buena salud que permitieron que estos usaran chicles de nicotina.
Estando tan extendido prohibir cosas que no le gustan a los que mandan, es lógico que estas medidas restrictivas afecten también al uso del tabaco. Es corriente que el fumador pierda privilegios paulatinamente pero inexorablemente. La perdida de privilegios puede ser brusca como en Italia donde de la noche a la mañana se pasó de fumar en cualquier parte a únicamente fumar en el exterior. Las medidas represivas pueden ser aún más drâsticas como en Calabasas en California y algunos barrios de Tokio donde prohibieron hasta fumar en la calle.
Según lo que he leído los dirigentes no han promulgado nunca una ley que considerada justa para todos. Siempre hay algunos que se sienten perjudicados por cualquier ley. Hay otra gente que, si se enteran de la ley les gusta. Las leyes que reducen libertades les gusta a bastante gente ya que reprimen a los degenerados. Igual, las leyes que aumentan las libertades disgustan a las personas que consideran que hay que tratar a los degenerados con mano dura. Todas las leyes de todos los gobiernos tienen una cosa en común. A menos que la ley impacte directamente sobre un individuo, es muy probable que este tenga únicamente nociones muy superficiales de esa ley. La mayor parte de la población desconoce totalmente las leyes que rigen su destino.
Con tantos niveles de gobierno que tenemos en Madrid, desde los de los de las juntas municipales al gobierno de la Unión Europea, estamos a la merced de muchas personas. Cada nivel tiene la potestad de prohibir algunas cosas. Por iniciativa de cualquier miembro de cualquiera de estos niveles de gobierno, se puede aprobar una medida que merme los privilegios de un grupo en beneficio de otro. En vez de intentar llegar a un compromiso con el cual pueda vivir toda la gente, muchas veces los gobernantes humillan a un grupo para satisfacer a otro. Mucha legislación legisla en contra de un grupo, y a favor de otro. Llevamos un camino de una merma progresiva de derechos.
Comments powered by CComment